La Felicidad de Tus Hijos Depende de Tu Felicidad
By TILISA

Ofrecer una infancia feliz a los hijos, siembra el camino, para que, ellos y tú, tengan una vida plena. Muchos padres se preguntan ¿Cuál es la mejor forma de educar a los hijos? Bien, pues la respuesta no está en darles comodidad material, dominándolos, controlándolos, criticándolos o dándoles gratificación instantánea, ¡Te lo aseguro!
La verdad es que la felicidad de los hijos depende mucho de la felicidad de los padres. Cuando nosotros como tutores hemos tenido experiencias negativas, o traumáticas en la infancia, y, además, nuestras relaciones de pareja se fracturan, nuestros hijos reciben mucho estrés emocional. Lo cual es muy dañino para su seguridad, autoestima, socialización y desarrollo sano.
Todo esto puede ser angustiante para un tutor, sin embargo, hay formas de que tú y tus hijos puedan desarrollar una vida plena, y relaciones sanas. El secreto está en los hábitos conscientes. Los hábitos forman memorias, y estas quedan almacenadas en nuestro folder de memoria a largo plazo, en nuestro cerebro. Así que todo habito sano y positivo, creará esa paz interna tanto en ti, como en tus hijos.
Aquí te dejo 3 Tips para cultivar hábitos sanos que fortalezcan relaciones gratificantes con tus hijos.
1. Jugar en la Naturaleza
Crea espacios para jugar con tus hijos fuera de casa. Estudios han demostrado que el ejercicio, los aromas de los árboles, o las plantas mejoran el estado de ánimo. Aún, una corta carrera en el pasto puede ser un gran antídoto de salud y felicidad.
Además, puede ser una experiencia educativa. Aprovechemos que ha llegado la primavera en el hemisferio sur, y el otoño en el hemisferio norte. Compartir con ellos los cambios en la naturaleza, es una forma de apoyarlos en comprender, que esos mismos cambios ocurren en nuestra vida personal, y así como el Planeta Tierra, y su fuerza siguen al frente, también la resiliencia nos permitirá enfrentar los retos propios.
2. Practicar Agradecimiento
Todos tenemos días buenos y otros menos buenos. Te ha pasado que algunos días tus hijos llegan tristes o enojados de la escuela, o de la calle, y muchas veces no quieren platicar. Uno mismo como tutor, vive esto en el día a día. Es importante que validemos nuestras emociones y la de nuestros hijos. Ignorar solo agrava la situación.
Así que rompamos los ciclos, y validemos las emociones. Si nuestros hijos no quieren hablar usemos frases como: “veo que ha sido un día difícil, sabes que aquí estoy para ti”, “cuando desees hablar, aquí estaré siempre para escucharte”, de acuerdo con su reacción, date tiempo, y en el momento oportuno invita a tu hijo a sentarse, y practicar gratitud.
La hora de la comida o también antes de ir a dormir son momentos de oportunidad. Puedes tomar unos minutos para rotar turnos con tus hijos y agradecer, ya sea por la comida, un rico baño, o lo que tú quieras, la creatividad tiene su límite en el cielo. Cultivar gratitud ayuda a crear la resiliencia que nos permite navegar en el caos de la vida, acompañados de las personas que nos aman.
3. Caminar Mindful
Puedes practicar mindfulness con los hijos en una forma divertida. Invítalos a caminar por unos minutos, concentrados en su respiración. Puedes poner como reto, el que sigan su respiración cuando inhalan y exhalan.
Al mismo tiempo puedes comentar, sobre qué maravilla es el funcionamiento de los órganos del cuerpo humano, como los pulmones. Esto ayudará a crear la consciencia de cuidar el cuerpo, y practicar relajación.
Estas caminatas podrían ser por las tardes antes de dormir o en cualquier momento que haya estrés. Es una buena forma de ayudar a que haya una relajación para un descanso pleno.
¡Recuerda! la felicidad de tus hijos inicia con tu felicidad. Validemos nuestras emociones, tanto las agradables como no agradables, y con ello cultivaremos resiliencia. En esta era tecnológica hay muchos recursos de apoyo, que te pueden guiar a una salud familiar plena.
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Como dicen el proverbio africano; “Se requiere de un pueblo, para criar a un hijo”. ¡Abrazos!